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El sueño de una familiA, y una historia de fidelidad.

Provenientes de Miami, Florida, en el otoño de 1988 llegan a la ciudad de Indianapolis Héctor E. Méndez y su entonces esposa Noemí Parrilla-Mena, respondiendo al llamado de Dios para servir en el ministerio y recibir su educación teológica y ministerial en Christian Theological Seminary (CTS). Héctor comenzó sus estudios de Maestría en Divinidad en el seminario, y un par de semestres después Noemí comenzó también sus estudios. Al poco tiempo de su llegada, Héctor y Noemí notaron que la iglesia hispana Discípulos de Cristo más cercana se encontraba a unas 150 millas de Indianapolis en Gary, Indiana. Lo cual complicaría su situación como estudiantes, si su anhelo era hacer su practica ministerial en una congregación hispana Discípulos de Cristo. Mientras que la mayoría de los estudiantes en el seminario comenzaban nuevos semestres de práctica ministerial en iglesias, Héctor y Noemí decidieron comenzar de la mano de Dios una aventura de fe, haciendo de la práctica ministerial de Héctor la plantación de una iglesia hispana Discípulos de Cristo en la ciudad de Indianápolis.

 

Con el respaldo del seminario, y el apoyo de la Oficina Central Pastoral de Ministerios Hispanos de la Iglesia Cristiana (Discípulos de Cristo) en EUA y Canadá (ICDC), así como la División de Ministerios Domésticos, y la Región de Indiana Héctor se lanzó a ese reto que él entendió venía de Dios como una visión para el pueblo latino de Indianápolis y la ICDC. Después de haber conversado con varias congregaciones Discípulos en Indianápolis que pudiesen abrir las puertas de su edificio para plantar la nueva iglesia, fue Northwood Christian Church quien mostró su interés para apoyar esta nueva obra, facilitando sin costo alguno la capilla para los servicios de adoración, así como un par de salones para escuela dominical. 

 

Importante señalar que aunque la iglesia fue una visión que Dios compartió en el corazón de Héctor Méndez, el trabajo desde su inicio fue hecho en equipo con un grupo timón que colaboraron en el florecimiento de esta nueva obra desde principios del año 1989. El primer servicio de adoración que Iglesia Hermandad Cristiana (IHC) celebró fue el domingo 6 de octubre de 1989, domingo de la comunión mundial, teniendo 15 personas presentes. Con el favor de Dios, la obra comenzó a crecer, más y más personas comenzaron a adherirse a nuestra familia. Después de 2 años como pastor y catalizador de esta obra, al haber concluido sus estudios en el seminario y habiéndose ordenado al ministerio, por razones de trabajo y relocalización, Rev. Héctor Méndez concluye su pastorado en IHC en 1991; la congregación queda entonces solo bajo el cuidado y dirección pastoral de Noemí Parrilla-Mena, quien comenzó la obra junto con Rev. Mendez, y había ya comenzado sus estudios teológicos en CTS.

 

Quizá lento, pero seguro y aún en medio de las dificultades, nuestra iglesia crecía. Para el año 1992, la congregación ya contaba un grupo de liderazgo, así como con su constitución y reglamento propios; es por eso que el 8 de agosto de ese mismo año, y después de haber sometido la solicitud a las oficinas regionales, durante la asamblea regional la Iglesia Cristiana (Discípulos de Cristo) de Indiana reconoció a nuestra iglesia como una congregación establecida, dejando de ser una iglesia en formación. Después de haber concluido sus estudios seminaristas y habiéndose ordenado al ministerio, Rev. Parilla-Mena toma la decisión de terminar a fin de año su rol pastoral en IHC para atender necesidades personales y familiares. Aunque fue doloroso verla partir, como iglesia comprendimos sus razones. Los años de 1991 y 1992 no fueron fáciles para nuestra iglesia, hubieron crisis y cambios, pero aun medio de ello logramos sostenernos de la misericordia de Dios y continuar en la obra que Dios mismo comenzó. 

 

Pero, como aquel estribillo bien lo dice, “en las luchas y en las pruebas, la Iglesia sigue caminando, solo se detiene para predicar.” En medio de nuestra crisis por las transiciones pastorales, Dios ya estaba preparando a un siervo más. En el otoño de 1994, Hipólito Velez, miembro de nuestra iglesia y quien durante nuestra hora de mayor crisis dijo “¡Presente!” con una palabra de esperanza y consolación, y quien realizaba sus estudios en CTS, estaba dispuesto a servir como pastor de nuestra iglesia. Durante los siguientes años, nuestra iglesia experimentó varios momentos de crecimiento, pero también vimos partir a algunos de nuestros hermanos y hermanas que buscaron una comunidad de fe diferente a IHC. Sin embargo, la obra de Dios seguía en manos de Él, y así “mientras alababan a Dios y brindaban ayuda a todo el pueblo. Y cada día el Señor añadía a la iglesia a los que habían de ser salvos” (Hechos 2:47). 

 

Es así que, con el crecimiento y estabilidad de nuestra congregación, en 1996, Hipólito Velez se convierte en el primer pastor de tiempo completo que nuestra congregación ha tenido. Manteniéndose así hasta el año 1999, cuando Rev. Velez es llamado a servir como pastor en Iglesia Cristiana Sinaí, en Brooklyn, Nueva York. Ese verano, mientras veíamos partir a nuestro pastor a Nueva York, Dios preparaba ya a otro siervo para venir y pastorear a nuestra iglesia, y precisamente este siervo llegaría de Nueva York. Después de casi un año sin pastor, y habiendo dedicado este tiempo para discernir las necesidades de liderazgo de nuestra iglesia para el futuro, la congregación llama como su pastor al Rev. Hilario Nuñez, pastor Discípulos del área de Nueva York, comenzando oficialmente en Mayo del 2000. 

 

Al paso de los años la congregación comenzó a crecer, y surgió la necesidad de realizar un estudio a fondo para posiblemente reubicar la iglesia en alguna zona de la ciudad que fuera más propicia y cercana a donde nuestra comunidad Hispana radica. Fue entonces bajo el liderazgo del Rev. Nuñez que después de catorce años de compartir edificio con Northwood Christian Church, Iglesia Hermandad Cristiana se reubica en Meadlawn Christian Church en el verano del 2006. En diciembre del 2007, por razones familiares, el Rev. Nuñez toma la decisión de concluir sus labores pastorales en IHC. Nuevamente IHC se enfrenta a una transición y periodo crítico; sin embargo, confiamos que al ser Dios quien comenzó la obra, sería Él mismo quien una vez más nos sostendría. Es así que en agosto del 2008 decidimos llamar al Rev. Luis E. Ferrer como pastor interino, siendo él uno de los miembros fundadores y remanentes a través de la historia de nuestra iglesia. 

 

En el otoño del 2009 la congregación de Meadlawn Christian Church tuvo complicaciones financieras para continuar su ministerio, y decidió concluir ese año sus actividades; lo cual les llevó poner en venta el edificio que compartían con nuestra iglesia. Después de una búsqueda rápida de algún espacio en el cual pudiéramos continuar reuniéndonos como iglesia y cooperar financieramente dentro de nuestras posibilidades, la congregación de Glendale Christian Church nos abrió sus puertas ese noviembre. Conscientes de que por el momento nuestra ubicación no era la más indicada, continuamos haciendo ministerio, confiando en las promesas de nuestro Dios, y con disposición de evolucionar y transformar nuestro ministerio. Mientras que los planes iniciales fueron llamar de manera interina al Rev. Ferrer, su pastoral nos sostuvo y guió por un periodo de cinco años y medio; durante este tiempo su pastoral nos ayudo a hacer sentido de las transiciones y  crisis que habíamos vivido, y nos preparó para nuevos comienzos. Después un periodo de discernimiento y honrando la necesidad del Rev. Ferrer de retirarse de la pastoral para dedicarse a su familia y atender su salud, en Diciembre del 2013, nuestra iglesia llama al Rev. William A. Bauzó como pastor de nuestra congregación. 

 

Agradecidos por la hospitalidad de Glendale CC, y bajo el liderazgo y visión del Rev. Bauzó, estábamos conscientes que para crecer necesitábamos ubicarnos cerca de nuestra comunidad Hispana. 

Por el mover del Espíritu, puertas se abrieron sin dificultades, y en el verano del 2014 nuestra congregación se muda al lado Oeste de la ciudad para compartir edificio con Westview Christian Church. El entusiasmo y energía del Rev. Bauzó, y quizá su experiencia como terapeuta familiar, reanimó a la iglesia, nos ayudó a sanar heridas del pasado, y nos empoderó para tomar decisiones cruciales mirando hacia el futuro. El Rev. Bauzó sabía que además de la localización, lo que podría continuar con el crecimiento de la iglesia era desarrollar el ministerio de adoración y alabanza. Es así que en marzo del 2016 como iglesia llamamos a la Rev. Bere Gil Soto como ministra de adoración. Consciente de las limitaciones que conllevan ser un pastor bi-vocacional, pues la iglesia se encontraba en un momento crucial en el cual su disponibilidad de tiempo no podría suplir las necesidades de la congregación, y tomando en cuenta también las necesidades de su familia, el Rev. Bauzó toma la decisión de concluir su rol pastoral en nuestra congregación a principios de diciembre del 2017.

 

A lo largo de la historia de nuestra iglesia hemos sido testigos que Dios nos ha sostenido en medio de las crisis y transiciones. Después haber recibido la decisión del Rev. Bauzó, y luego de un tiempo de oración y discernimiento, nuestra junta de oficiales decide acercarse a la Rev. Gil Soto, quien servía ya en nuestra iglesia como ministra de adoración, y le propone ser ella quien continuara como nuestra pastora. Desde diciembre del 2017 hasta el día de hoy hemos caminado hacia adelante a través del ministerio de la Rev. Gil Soto. 

 

A más de treinta años de sus inicios (1989), nuestra iglesia sigue evolucionando, y tal y como ha sucedido anteriormente, estos últimos años hemos vivido grandes cambios en nuestra identidad y ministerio de l mano de la Rev. Gil Soto. El enfoque y visión de nuestra pastora se centra en el trabajo en conjunto, creyendo que la unión hace la fuerza. Como prueba de ello, comenzamos a hacer alianzas con Iglesia Nueva Creación (una congregación Presbiteriana en formación y a menos de una milla de distancia de IHC). Gracias a este trabajo en conjunto, y el mover del Espíritu, es que el pastor de Iglesia Nueva Creación, el Rev. Hector J. Hernandez y la Rev. Gil Soto comienzan a soñar y buscar formas de unir fuerzas más allá de la colaboración. Es así que después un intenso proceso de discernimiento y planeación, en Enero del 2019 recibimos como parte de nuestra familia a las y los miembros de Iglesia Nueva Creación, y desde entonces  nos hemos convertido en una familia más fuerte, y nuestros sueños se han vuelto aún más grandes. 

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Durante el periodo de pandemia, nuestra congregación fortaleció su visión y misión, y nos pudimos involucrar en ministerios en los cuales pudiéramos ser las manos, los pies, y el amor de Dios para con nuestra comunidad, y poder ser de bendición durante tiempos tan difíciles. Comenzamos a colaborar con otras iglesias de diversas denominaciones presentes en nuestra comunidad sosteniendo ministerios comunitarios como la distribución de despensas con comida fresca y no perecedera y sin necesidad de identificación (The Storehouse Food Pantry), acceso a ropa en buen estado y libre de costo por medio de El Closet de San Andrés (St. Andrew's Free Clothing Ministry); además, una vez pasada la pandemia, pudimos retomar el campamento de fútbol soccer que realizamos con el equipo femenil de Zionsville High School, así com la Escuela Bíblica de Vacaciones junto con John Knox Presbyterian Church.

 

Damos gracias a Dios por todos y cada uno de los pastores y pastoras, líderes congregacionales, así como a la Iglesia Cristiana (Discípulos de Cristo) en Indiana y el Presbiterio de Whitewater Valley por su apoyo, y a todas y cada de las personas que a lo largo de nuestra historia han forjado y abierto camino para que el día de hoy continuemos contando esta historia de fidelidad a la que llamamos Iglesia Hermandad Cristiana.

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